“Reacciones negativas”, tituló La Nación el 18 de agosto de 1996. “Una encuesta de Graciela Römer evidencia que las medidas anunciadas por Roque Fernández no fueron bien recibidas por la población; rechazo al aumento de los combustibles”.
El periodista Jorge Rosales enmarca el nombramiento de Roque Fernández como ministro de Economía en «un clima político y económico sensiblemente cuestionado por la opinión pública de la Capital Federal y el conurbano». “Un 61% de los entrevistados considera que las decisiones para cubrir el desequilibrio fiscal resultarán perjudiciales para el país”.
¿Te suena? ¿Eso quieren votar los cordobeses? ¿Más casta nefasta?
Roque, sosteniendo el establishment con 10 medidas detestadas por la población pero amadas por las garrapatas estatales:
“El nivel de rechazo más contundente se verificó respecto del aumento en el impuesto sobre los combustibles, al alcanzar el 87 por ciento. El aumento de la edad jubilatoria para las mujeres, en tanto, generó una oposición en el 84% de los consultados”, reseñó el periodista.
“También es resistida la modificación del impuesto a las ganancias, que alcanzaría a quienes actualmente se encuentran por debajo del límite del mínimo no imponible. Esta medida mereció el rechazo del 83% de los encuestados”, expresó.
“Respecto de la reducción de los reintegros a la exportación (…) un 40% se opone”, aseveró.
“Otros datos de interés que refleja la encuesta indican que quienes no utilizan el transporte público son los más inclinados a apoyar la extensión del IVA y la eliminación de subsidios a este servicio, pero también son los que en mayor proporción se oponen al aumento de los combustibles” continuó.
La encuesta de Römer brinda opciones que son más de lo mismo: aumento de impuestos, el gasto público al galope y que los ciudadanos paguen el fracaso de las políticas públicas. Kirchnerismo de malos modales el de Roque Fernández, un visionario…
“Al consultar sobre tres posibles alternativas para reducir el déficit fiscal y lograr una mejor recaudación impositiva, la población se inclina a apoyar, en primer lugar, medidas para combatir la evasión (47%) y, en igual medida, a aumentar los impuestos a los que más tienen (41%), mientras que sólo un 6% opina que se deberían tomar medidas que amplíen la base de los contribuyentes” pero siempre del bolsillo del contribuyente. Estas eran las medidas que Roque Fernández planteó en el 96, hoy tiene la cara de piedra de candidatearse como liberal, total, un cafecito con Milei y sigo en carrera a mis 76 años, un pibe liberal.
¿Cómo era? ¿La Chueca o La Renga? ¿Me crecerá el pelo un poquito más?
La nota concluye expresando que “De todos modos, sólo el 51% aprueba la pena de prisión para los evasores impositivos”. ¡El 51%, o sea más de la mitad de los argentinos encuestados en 1996 pedía cárcel para los evasores! ¿Sorprende o no? ¿Eso es ser liberal? ¿Eso vas a votar mi querido cordobés?
Sigamos recorriendo el árido sendero de la gestión del Fernández versión Roque. Si quiere ir a la farmacia a buscar Nervocalm o Reparatujes lo espero.
“La recaudación impositiva que el Gobierno logrará en lo que resta del año y en 1997 no alcanzará a cubrir la enorme brecha fiscal prevista por el equipo económico, según se desprende de un informe elaborado por el Centro de Estudios para el Cambio Estructural. El CECE, que preside el ex ministro de Economía Juan Sourrouille, estimó que la Nación obtendrá con las medidas anunciadas por Roque Fernández 481 millones de dólares en el tercer trimestre del año y 1755 millones en 1997, frente al déficit previsto en 6600 millones”, según detalló La Nación.
“Con la modificación del impuesto a la transferencia de los combustibles (ITC) -que los gobernadores justicialistas aceptaron que no se coparticipe- el Estado nacional percibirá hasta fin de año 383 millones de dólares, y esa cifra se elevará a 1530 millones en 1997. Sin embargo, la coparticipación de lo recaudado por la reducción de los reintegros y subsidios de capital, la generalización del IVA y los impuestos a las ganancias harán que los ingresos al fisco nacional sean menores a lo proyectado”, detalló el matutino.
De crisis en crisis, siempre se empobrece el ciudadano común. “La magnitud de la transferencia económica del sector privado al público provocará una merma importante en la inversión y el consumo. Ello, estiman, golpeará duro en el nivel de actividad, y se caerá en un pozo recesivo”, aseguró.
Y por si fuera poco, “También que la reducción de los reintegros a las exportaciones y la imposición con ganancias sobre los reembolsos lesionarán el nivel de competitividad de los productos argentinos en el exterior, y los descolocará de los mercados”.
Los colegas de Infobae, al fallecimiento del expresidente Menem, analizaron algunas medidas económicas que marcaron su gestión, tildada de liberal tal cual se define hoy el candidato del PD.
“Cuando Carlos Menem asumió la presidencia de la Nación, dejó de lado sus promesas de “salariazo” y “revolución productiva” para implementar un programa económico de privatización, renegociación con acreedores externos y disciplina fiscal”, resumió el medio.
El Turco asumió el 9 de julio de 1989, veamos la pesada herencia recibida por Roque y qué hizo con ella. El primer ministro murió a la semana de asumir, así que lo vamos a dejar descansar en paz. El segundo, Rapanelli (del riñón de la multinacional Bunge y Born), no logró evitar un segundo estallido hiperinflacionario (el primero, 6 meses antes, forzó la renuncia de Alfonsín, pero don Ricardo padre era radical, no vas a comparar…)
Plan Bonex
Erman González, tercer ministro de Economía menemista no fue precisamente liberal: Procedió al canje compulsivo de los depósitos a plazo fijo en el sistema financiero, colocados mayoritariamente a 7 días, por Bonos Externos 1989, en dólares a 10 años. Me suena a anticipo de corralito. Corderos, diría Javier Milei, que viene a despertar leones.
Dos años antes de la asunción de Roque, como “pesada herencia” para financiar el siempre creciente gasto público, “en 1994 se aprobó elevar la alícuota del Impuesto al Valor Agregado del 18% al 21%, que se mantiene hasta este momento. Esto intensificó el núcleo duro de economía informal”, agregó.
La maldita coparticipación
Numerosas fueron las excusas para reformar la Constitución Nacional en el mismo año, pero todos los corderos sabíamos que Menem quería habilitar la reelección. Debatieron además cambios en la coparticipación que despoja a Córdoba de recursos para financiar feudos como Chaco y Formosa, por citar sólo dos ejemplos, y la reforma de la ley electoral nos genera dependencia a la totalidad del país respecto de la provincia de Buenos Aires y el Conurbano.
Endeudamiento
“La crisis del Tequila de finales de 1994 y la llegada al Ministerio de Economía de Roque Fernández, llevó a frenar la reforma del Estado y relajó la política fiscal. Previo a esto, la deuda pública se mantenía en el rango de USD 54.000 millones, aunque cayó en términos de PBI de 48% a 23%, pero luego subió a USD 121.000, lo que equivale al 43% del PBI al final de la segunda presidencia”, detalló Infobae.
Tasas reales positivas
La Ley de Convertibilidad generó estabilidad cambiaría y seguridad jurídica, lo que posibilitó la bancarización de la economía. Los depósitos en pesos y dólares pasaron de un mínimo histórico de 3,3% del PBI en 1989 al 24,7% una década después, mientras que los préstamos crecieron del 4,6% al 24,9%. Sin embargo, esto no se tradujo en mejoras en las facilidades de crédito al sector productivo, ya que en 1993, las tasas de interés superaron los porcentuales de la inflación y se tornaron muy elevadas para las PyMEs y el consumo personal”. Justito antes del corralito y del corralón, ni que lo hubieran planificado con tanto detalle, ¿no?
La crisis de los mercados: Situación política del ministro de Economía
En este artículo de Clarín, del 14/06/1998, se detalló la “Preocupación de los banqueros por Roque Fernández”.
“Los banqueros locales están preocupados por la debilidad política que evidencia el equipo económico (…) que la falta de poder le impide a Roque Fernández adoptar las medidas necesarias para corregir los desequilibrios fiscales y externos. Así lo pudo confirmar Clarín en fuentes de la Asociación de Bancos Argentinos, cuyos dirigentes iniciaron gestiones el viernes dentro del empresarial Grupo de los 8 para tratar de postergar la difusión de un contundente documento contra la reforma fiscal que impulsa el Gobierno.Los banqueros argentinos en general comparten las críticas al programa tributario, pero opinan que su difusión por parte del Grupo de los 8 puede ocasionar un desgaste fuerte de la figura ministerial. Los dirigentes de ADEBA se movilizaron a pedido del propio Roque Fernández. Para los funcionarios del Ministerio de Economía, ese documento implica una suerte de ruptura de los empresarios con la conducción económica”, explicitó el periódico.
Los desespera “otro peligro: El creciente aislamiento que tiene Roque Fernández dentro del gabinete y frente al ala política del menemismo que se expresa en el Parlamento. El margen de acción que posee el ministro, según los banqueros, impide que Fernández pueda impulsar con éxito medidas para corregir los desequilibrios que acumula la economía argentina. Entre ellos, el externo, que se manifiesta en el rojo de la balanza comercial y la cuenta corriente del balance de pagos, y el de la Tesorería, disimulado a través de cosmética contable”, expuso.
Leerlo hoy causa una enorme tristeza pero también una luz roja de advertencia. “Así, los banqueros transmiten también el temor que existe en el Fondo Monetario Internacional por la situación argentina. En Washington ven con preocupación que ninguna de las iniciativas pactadas con Roque Fernández prospere: Desde el anuncio de privatizar el Banco Nación hasta la frustrada reforma laboral y la dudosa propuesta impositiva. La menor fortaleza política de Fernández se da en medio de una fuerte crisis financiera internacional. Precisamente para los banqueros, la mayor caída de la Bolsa de Buenos Aires se debe a esta conjunción: Inestabilidad en el mundo, pero también desequilibrio del plan económico y debilitamiento de la figura del ministro”, dedujo.
La misma receta produciendo los mismos resultados. ¿Por qué habría de votarlo, por tomar café con Javier Milei?
Es que la joyita del cofre juntó en un acto más de 50.000 porteños y ahora todos quieren arrogarse su representación en Córdoba. Milei, un amable amigo de sus amigos, no quiere ser el Padrino ni ejercer dedocracia en la Docta, justito en la rebelde provincia donde no existe el voto cautivo.
Milei se comprometió a no bajar línea, precisamente para no ser acusado de político tradicional, rosquero o negociador en un territorio por fuera de su distrito.
La última vez que nos visitó firmó el acuerdo que otorga la representación de sus ideas al partido que lleva el mismo nombre y el mismo logo del halcón que el suyo. Eso es identidad, símbolos y pertinencia.
Fuentes: La Nación, Jorge Rosales, MDZonline, Infobae, Clarín