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Dejando hacer, dejando pasar (PARTE 5)

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József “Choli” Daróczi

En la nota anterior he comentado que el nazismo asesinó a innumerable cantidad de personas pertenecientes a la minoría gitana y en mi calidad de judío de profundo sentir, expresé mi más sincera solidaridad y respeto para la comunidad romaní.

Revelo mi profundo respeto hacia una comunidad étnica tan castigada también a lo largo de la historia, reproduciendo un poema de József “Choli” Daróczi, titulado “SE LLEVARON A LOS GITANOS”:

Se llevaron a los gitanos,

largas, hondas fosas se cavaron en los caminos.

La fosa se ahonda, se ahonda;

se trabaja en ello con celo,

hasta que mana el agua de su profundo suelo.

Considero que aquí resulta válida la sencilla pero clara y contundente explicación sobre lo que el Holocausto fue. Es la mejor descripción que prefiero elegir, teniendo en cuenta que frente a semejante verdad, debidamente documentada, todavía existe en el mundo una buena cantidad de negacionistas de la Shoá. Independientemente de esa irrazonable –pero perversa- posición de quienes niegan la existencia misma del Holocausto, resultan alarmantes los datos sobre el antisemitismo y la ignorancia que muestran en ese plano, entre otros, los europeos, norteamericanos y canadienses.

Recientemente la cadena CNN realizó una encuesta a la que tituló “Una sombra sobre Europa”. Los resultados fueron obtenidos sobre un muestreo de 7.000 personas de países europeos tales como Austria, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Hungría, Polonia y Suecia. La propia cadena de los medios de relevancia mundial, menciona sobre su propio trabajo estadístico que la encuesta permitió descubrir “actitudes complicadas, contrastantes y, a veces, inquietantes sobre los judíos y sorprendente ignorancia”. Específicamente, los datos revelan en un alto porcentaje que en las culturas europeas siguen existiendo “prejuicios antisemitas”, muchos de los cuales sirvieron de argumento y sustento a las atrocidades cometidas por los nazis.

Como ejemplos concretos, la encuesta ha revelado “aquel argumento” sobre que los judíos “avasallan la economía mundial”, tal cual así aseguraron un tercio de los encuestados al expresar que “los judíos tienen demasiada influencia en los negocios y finanzas”. O como lo piensan un veinte por ciento de los encuestados, al afirmar que “existe demasiada influencia judía en los medios y en la política” o, como también cree un veinticinco por ciento de los europeos participantes del trabajo estadístico, acerca de que “existe una excesiva influencia judía en los conflictos y las guerras alrededor del mundo”. Asimismo afirma la propia cadena CNN, “los datos arrojados por la encuesta son realmente alarmantes”; es que, por ejemplo en Francia, una quinta parte de los encuestados entre 18 y 35 años nunca habían escuchado hablar del Holocausto. En Austria, la mitad de los adultos encuestados aseguraron saber casi nada sobre el Holocausto. Otro dato escalofriante que el trabajo estadístico de la CNN ha revelado como resultado, es el hecho de que un tercio de los europeos respondieron que “mantener viva la memoria del Holocausto para evitar que hechos similares se repitan” sólo sirve para “distraer la atención de otras atrocidades que se cometen en la actualidad”.

La encuesta culmina con dos preguntas, cuyas respuestas –a mi contundente apreciación-, nos muestran en definitiva como resultado global de la labor de estadística social efectuada, que la ignorancia, apatía y apego sistemático a la práctica del “dejar hacer, nada pasa, total el mundo va solo”, constituyen precisamente lo que necesitan como “caldo de cultivo” aquellos sicarios del antisemitismo, para “desparramar y conducir su odio racial” generando estereotipos que sirvan a sus nefastas causas, construyendo lo que necesariamente requieren como instrumento previo al exterminio; por cierto, con ello me refiero a la metodología prefijada para poder “antes que nada” quebrar las voluntades de pueblos enteros y así, lavado de cerebro de por medio, lograr la meta de poder exterminar a los judíos. Sin la motorización de la propaganda previa que maliciosamente llegue “al corazón del individuo”, no se puede consumar un plan de exterminio como el llevado a cabo por el nazismo y sus colaboradores. La “propaganda” es fundamental y certera. Así y solo así, Adolf Hitler pudo concretar lo que previamente había escrito “en papel”: Hay que exterminar a los judíos. La CNN preguntó a cada una de las 7.000 personas encuestadas: ¿Cuál es la razón de la existencia del antisemitismo? ¿Qué porcentaje de la población mundial es judía? Ante el primer interrogante, una de cada cinco personas encuestadas respondió que “el antisemitismo es una respuesta al comportamiento de los judíos”. Frente a la segunda pregunta, el promedio de los encuestados estimó “que aproximadamente el 20% de los habitantes del mundo son judíos”. Lo curioso de las dos respuestas es, que en relación a la primera pregunta la gran mayoría de los encuestados, aclararon que “no saber siquiera, sí conocían a algún judío”; en relación a la segunda pregunta, luego de haberse recibido las respuestas, se hizo saber a cada encuestado la cifra real: Sólo es judía el 0,2% del total de la población mundial.

En la misma dirección, se torna relevante otro trabajo estadístico desarrollado y publicado por “Claims Conference” en el año 2018. El estudio arrojó una conclusión alarmante: Cada vez hay más ignorancia de lo que ocurrió a raíz de la barbarie nazi; crece a pasos agigantados el grado de entidad en el desconocimiento del Holocausto.

De la tarea estadística elaborada surgen preocupantes resultados. Entre los ejemplos a destacar a dicho alcance, se muestra que a pesar de que existieron 40.000 campos de concentraciones y ghettos, un 45% de los norteamericanos no pudo nombrar ni siquiera uno. Un dato gravísimo y generador de una alarma inconmensurable que arroja la misma encuesta, lo constituye el hecho de que un 66% de los millennials o “Generación Y”, no pudo decir qué es Auschwitz. Para esclarecer el entendimiento del lector desprevenido y se aprecie en su real dimensión la gravedad que emerge del dato mencionado, refiero que dicha “Generación Y”, es una categorización proveniente de la ciencia demográfica y se dirige a enrolar dentro de ella, a la generación de la población mundial que ha nacido entre comienzos de la década de los 80´ y el año 2000 aproximadamente y que, como característica principal, en general presentan un mayor uso y familiaridad con las comunicaciones, los medios de comunicación y las tecnologías digitales. En la actualidad, se estima que dentro de la Generación Y queda comprendida un 22,4% de la población mundial.

El trabajo elaborado por la “Claims Conference” también nos revela otros datos que bajo ningún aspecto pueden obviarse o pasarse por alto. Insisto, la gravedad es alarmante y obligadamente nos convocan a una seria reflexión. Es que precisamente, estas cuestiones son las que tienen en cuenta y ponen al acecho a los sicarios portantes de antisemitismo. Ellos se valen de la ignorancia, la apatía y el desinterés de las poblaciones para mecanizar su propaganda conspirativa e ir insertando en el corazón de la conciencia social estereotipos xenofóbicos, racistas y antisemitas, para luego una vez establecida la “pseudo legitimación”, poder perpetrar en los hechos –su objetivo o causa final- la persecución, muerte y hasta el exterminio de los judíos. Y resulta tan nefasta la cuestión “propagandística” pues el método concebido para adoctrinar las mentes de poblaciones enteras llega hasta el punto de no admitir incluso, diferencias culturales, sociales, etc. Una vez cumplido el objetivo tenido con la introducción social de la Propaganda Conspirativa, los helmintos parasitarios sicarios del mensaje conspirativo antisemita, sólo se limitan a decir al ciudadano cualquier barbaridad; eso sí, lo irrazonable y atroz, debe cumplir un requisito: Que todo aquello que se diga, aun sabiendo de antemano que es mentira, debe resultar o estar directamente relacionado con lo que el ciudadano “quiere escuchar”. Al respecto, ejemplifico: Imaginemos a una persona sin trabajo y a raíz de ello, en verdadero estado de desesperación; recibe “el mensaje” permanente de información por la prensa y redes sociales, acerca del aumento creciente sobre la escasez laboral y por ende, de la cada vez más alta tasa de desocupación; mientras tanto, la misma persona sin trabajo, en dicho específico contexto, comienza a recibir intimaciones varias en virtud de que no puede pagar sus deudas pendientes; así también, simultáneamente, el ciudadano observa que otros ciudadanos se encuentran en la misma situación desesperante que a él le toca vivir; entonces, sumado a todo ello, los sicarios del odio racial utilizando los medios masivos de comunicación y de suyo a los helmintos de ellos dependientes, comienzan a trasmitir “mentiras a sabiendas” mediante el mensaje “date cuenta, la situación desesperante que significa la falta de trabajo, ha sido generada por los judíos que manejan no solo tu vida, sino el mundo”.

De repente y dentro del mismo contexto, el demagogo gobernante de turno promete que en poco tiempo dará trabajo a toda la ciudadanía. La conclusión es evidente. Ese contexto, esa situación, puede provocar muy fácilmente un tsunami de odio racial antisemita de inimaginable dimensión. El ciudadano desesperado y ya sin distinción de formación y cultura, de manera absolutamente irrazonable, infundada y en altísima proporción, estará convencido de que los responsables de su desesperación y padecimiento no son otros que los judíos. Aprobarán enceguecidos y adoctrinados cualquier política y/o actos de discriminación, persecución y hasta asesinatos en contra de los judíos. La historia misma de la humanidad nos entrega la prueba más irrefutable en esa dirección.

Considero más oportuno que nunca, volver a introducir aquí a la sabiduría y conocimiento del experto catedrático de la Universidad Metropolitana de Manchester (Gervase Phillips), quien en su trabajo titulado “Antisemitismo: cómo los orígenes del odio más antiguo de la historia aún prevalecen hoy”, refiere y cita a la reconocida y afamada experta en teología católica Rosemary Ruether: “El judío mítico, que es el eterno enemigo conspirativo de la fe cristiana, la espiritualidad y la redención, fue formado para servir como chivo expiatorio de (los males de) la sociedad industrial secular”. Entonces y permitiéndome completar la idea de Philips sobre “el judío como histórico y sistemático chivo expiatorio, creado deliberadamente para cargarle la culpa de todo mal que sufre la sociedad”, digo, que en el tiempo actual en que la pandemia del Covid-19 se ha transformado en una problemática que ha socavado estructuras en el mundo entero y, especialmente en Argentina, donde incluso la situación social desde lo laboral, habitacional, económico y financiero se encuentra en niveles caóticos, resulta necesario afirmar con ejemplos claros, concretos y también ciertamente irrefutables, sobre que han aparecido públicamente y sin pudor alguno –vaya que casualidad histórica- algunos de los típicos ejemplares o sicarios emblemáticos del antisemitismo histórico. Rostros siniestros del odio racial hacia el judío, que han expresado en ese sentido, términos con mensajes funestos e inclusive tipificados y reprimidos por la ley argentina: ´´Son como los judíos, por ahí no tienen patria y no saben dónde están´´ exclamó el diputado nacional Pablo Ansaloni; o como una vieja y reiterada expresión de odio racial hacia el judío, las expresiones conspirativas emitidas desde un medio de comunicación masivo de la televisión argentina por el conductor Tomás Ariel Méndez quien, involucrando directamente a los nacidos en Israel, los sentenció “como los culpables de haber generado este virus” (por el Covid-19). Pero al helminto patológico Méndez no le bastó haber utilizado el mecanismo antisemita, difamatorio y racista, ya empleado contra los judíos hace 700 años en ocasión de que la humanidad se viera azotada por la Peste Negra, a la que me he referido con anterioridad como uno de los hechos más catastróficos que ha revelado la historia en torno a la judeofobia. El conocido y sistemático generador de falsas noticias, empleando una bajeza humana irracional y hasta utilizada también conspirativamente por el propio Adolf Hitler, instaló una vez más en ese sentido, la muletilla sobre “condición de riqueza judía” para afirmar sobre los judíos que “son los dueños de tu vida”, instalando ello, siempre en el marco de culpar al judaísmo de haber generado el virus y la consecuente actual pandemia que sufre el mundo entero. Y para “clavar el cuchillo racista hasta el hueso”, el helminto refirió a una portada del medio “The Economist” cuyo 50% pertenece a una familia (Rothschild) de origen judío. Un claro ejemplo, de que los designios antisemitas desparramados durante la historia mediante mecanismos conspirativos ocurridos durante la Peste Negra, la Rusia zarista y sus “Protocolos de los Sabios de Sion” y hasta el genocidio humano más grande que haya conocido el mundo, como lo fue el llevado adelante por el nazismo alemán, todavía continúan vigentes y lamentablemente vivos en personajes como el conductor del canal de televisión C5N en la República Argentina. Insisto, el específico mensaje antisemita de Méndez no es una cuestión menor ni superficial. Ha trascendido las fronteras argentinas, llegando a instalarse a nivel mundial. Sólo porque en Argentina el “laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même” se ha convertido en una práctica usual y sistemática, es que al día de la fecha el conductor televisivo y a la vez también político todavía no ha sido sometido a proceso penal, conforme así lo exige la ley de nuestro país.

Al respecto y entre otros medios internacionales que se hicieron eco de las expresiones conspirativas y antisemitas del conductor cordobés emitidas desde el canal de televisión perteneciente a Cristóbal López y Fabián De Souza, puedo nombrar al canal de televisión ruso en idioma castellano con alcance mundial denominado RT.

En nuestro próximo encuentro…

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