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Rusia: Por el conflicto con Ucrania, cae la bolsa

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Presidente de Rusia, Vladimir Putin

La bolsa rusa y el rublo se desplomaron este lunes ante el aumento de las tensiones geopolíticas por el temor a que Rusia ataque a Ucrania.

Las acciones se desplomaron más de un 8% en el índice RTS, tras dos semanas de descenso constante, mientras que la moneda rusa cayó a su punto más bajo en más de un año frente al dólar, a 79 rublos (-2,3%).

“Esperamos que la renta variable rusa amplíe las pérdidas hoy debido a una escalada de las tensiones geopolíticas durante el fin de semana”, dijeron los analistas de Alfa Bank.

Renaissance Capital dijo en una nota a sus clientes que el rublo podría caer hasta un 20% frente al dólar en caso de una escalada militar.

Los funcionarios occidentales tenían previsto reunirse el lunes en un intento de coordinar su respuesta y elaborar una batería de sanciones contra Moscú si Rusia invade Ucrania.

Las tensiones aumentan por el despliegue de unos 100.000 soldados por parte de Rusia en las fronteras de su país vecino. Gran Bretaña y Estados Unidos han ordenado el regreso a casa de parte del personal y sus familiares de sus embajadas en Ucrania. Por su parte, Moscú insiste en que no tiene intención de invadir.

Varias rondas de conversaciones entre Rusia y Occidente no han conseguido hasta ahora aliviar las tensiones. El temor actual a una invasión rusa se debe a la anexión de Crimea a Ucrania en 2014.

Los activos rusos podrían verse sometidos a una mayor presión si se imponen nuevas sanciones, algo con lo que las potencias occidentales han amenazado si Moscú participa en las hostilidades contra Ucrania, pero los funcionarios rusos afirman que las finanzas del país están saneadas y los fundamentos económicos son sólidos.

A su vez, Moscú también está lidiando con el aumento de los casos de COVID-19, que alcanzó un nuevo récord este lunes con más de 65 mil casos nuevos.

Tanto los activos rusos como los ucranianos estarán en el frente de las consecuencias para los mercados si hay una posible acción militar. Los bonos en dólares de ambos países han tenido un rendimiento inferior al de sus pares en los últimos meses, ya que los inversores recortaron su exposición por la escalada entre Washington y sus aliados y Moscú.

Los mercados de renta fija de Ucrania son principalmente competencia de los inversores de los mercados emergentes, mientras que la posición general de Rusia en los mercados de capitales se ha reducido en los últimos años debido a las sanciones y la tensión geopolítica, lo que amortigua en cierta medida cualquier amenaza de contagio a través de esos canales.

Sin embargo, el rublo ruso y la Grivna ucraniana también han sufrido, convirtiéndolas en las divisas de peor rendimiento del entre los mercados emergentes en lo que va de año.

La geopolítica en la frontera entre Ucrania y Rusia presentó “incertidumbres sustanciales” para los mercados de divisas, dijo Chris Turner, jefe global de mercados de ING. “Los acontecimientos de finales de 2014 nos recuerdan las brechas de liquidez y el acaparamiento de dólares estadounidenses que llevaron a una caída sustancial del rublo”, dijo Turner.

Gran Bretaña delató a Rusia

La situación empeora de hora en hora entre occidentales y Rusia en torno al conflicto ucraniano. La OTAN, Bulgaria y Rumania rechazan las exigencias rusas de retirar tropas de la Alianza Atlántica de esos dos países y Moscú amenaza con “graves consecuencias” si no obtiene satisfacción. En las últimas horas, Gran Bretaña acusó a su vez al Kremlin de haber planificado la invasión de Ucrania para instalar un presidente fantoche, publicando incluso una lista de candidatos pro-rusos para el puesto.

“Llamamos al Foreing Office a que cese de propagar absurdos”, reaccionó ayer el ministerio ruso de Relaciones Exteriores en Twitter.

En un comunicado abrasivo, la responsable de la diplomacia británica, Liz Truss, denunció el sábado “la amplitud de la actividad rusa con el objetivo de desestabilizar a Ucrania”.

“Según nuestras informaciones, el gobierno ruso tiene la intención de instalar un dirigente pro-ruso en Kiev, mientras organiza la invasión y la ocupación de Ucrania”, afirmó.

El ministerio británico agregó que “el exdiputado ucraniano, Evgueni Muraiev es considerado como un candidato potencial”. Pero no es el único: los servicios de inteligencia rusos mantienen “relaciones con numerosos ex hombres políticos ucranianos”, prosigue el texto, que lista a numerosos responsables del periodo en que el expresidente pro-ruso Viktor Ianukovitch estaba en el poder entre 2010 y 2014.

En pie de guerra, el gobierno de Kiev reaccionó ayer a esas afirmaciones, asegurando que Ucrania “continuará” desmantelando todo grupo pro-ruso.

“Nuestro Estado continuará su política de desmantelamiento de toda estructura oligárquica y política que pueda trabajar a favor de la desestabilización de nuestro país o que sea cómplice de sus ocupantes”, declaró Mykhaïlo Podoliak, consejero del jefe de la administración presidencial ucraniana.

Estados Unidos calificó ayer esas declaraciones de “profundamente preocupantes”.

“El pueblo ucraniano tiene el derecho soberano de determinar su propio futuro, y nosotros estamos junto a nuestros socios democráticamente elegidos en Ucrania”, afirmó Emily Horne, portavoz del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca.

Las acusaciones británicas se producen en momentos en que la administración Biden y la Unión Europea (UE) intentarán mostrar este lunes un frente unido frente a Rusia en la crisis. Para ello, el secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, participará hoy —en forma virtual— en el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de la UE. El viernes en Ginebra, Blinken había solicitado pruebas a su homólogo ruso, Serguei Lavrov, de que Moscú no tiene intensiones de invadir Ucrania, retirando las tropas de la frontera.

Un hecho inesperado vino a turbar ese “operativo de unidad occidental” este fin de semana, cuando el jefe de la marina alemana, Kay-Achim Schönbach, se vio obligado a renunciar después de calificar de “inepcia” la idea de que Rusia quiera invadir Ucrania, durante una conferencia en Nueva Delhi: “Lo que quiere Vladimir Putin es ser respetado”, dijo el militar provocando la ira de Berlín y de Kiev.

Además de mostrar un frente unido, los occidentales tratan de reafirmar que no dudarán adoptar severas e inmediatas sanciones contra Moscú, si Putin decidiera agredir nuevamente su vecina ex república soviética.

Mostrar una absoluta unidad es fundamental para los occidentales, después que la diplomacia rusa decidió, el viernes —día de negociaciones bilaterales— insistir en que la OTAN retire sus tropas de todos los países que se incorporaron a la Alianza Atlántica después de 1997, citando sobre todo a Bulgaria y Rumania, cuyos gobiernos rechazaron ayer enérgicamente esa posibilidad.

Los europeos califican la pretensión rusa de “cuestionamiento fundamental del sistema de seguridad aceptado tras la Segunda Guerra Mundial”. Moscú, por su parte, intenta imponer un repliegue a la OTAN, percibida como una amenaza existencial, cuyos avances sucesivos en Europa del este recuerdan la humillación de la caída de la URSS.

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