La mayor aspiración de cualquier humano sin lugar a duda alguna es lograr la libertad; sea esta financiera, de expresión; de asociación; de pensamiento; de conciencia; de culto; de circulación y en su versión más moderna la libertad que otorga la independencia de políticas monetarias forzosas: esto es, la posibilidad de realizar transacciones financieras sin la intervención de un organismo estatal que las regule; supervise o intervenga con su sesgo burocrático. Una especie de libertad tecnológica 4.0. Y este sueño de libertad financiero – digital lo otorga (al menos por ahora) el mundo de las criptomonedas.
Esa promesa de independencia de papá estado; es precisamente uno de los mayores atractivos que ofrece este maravilloso mundo encriptado.
Este punto se torna mucho más importante en países en donde las políticas monetarias fracasan. Recordemos que Bitcoin nace como respuesta a la crisis originada por la explosión de la burbuja inmobiliaria del 2008 y que derivó en un hartazgo de la población como consecuencia de la intervención del estado imprimiendo dinero para rescatar a los bancos, mientras muchas familias de clase media baja perdían sus hogares ante la imposibilidad de afrontar sus hipotecas.
De allí radica la principal ventaja de Bitcoin: su autonomía y separación del estado, bancos; gobiernos y corporaciones mundiales sin la posibilidad de que ninguna autoridad interfiera en las transacciones; imponer tarifas; «cepos» o comisiones de algún tipo, un verdadero elixir para quienes están hartos de vivir presionados bajo un régimen monetario e incluso tributario que no alcanza a cubrir sus expectativas como contribuyente que cumple reglamentaria con las obligaciones impuestas, pero no las ve reflejadas ni plasmadas en hechos o actos palpables.
Pero como todo sueño que comienza con las mayores expectativas y deseos de alcanzar ese hermoso sueño que nos otorga la libertad de volar más allá de nuestras posibilidades como ave salvaje que viaja atravesando el viento, se ve empañado por un cazador furtivo ávido de regular ahí donde la utopía se convirtió en realidad… y en un gran negocio que factura a niveles siderales y compite de igual a igual a otros activos que han sido resguardo clásico en épocas de pesar; tales como el dólar y el oro.
La aspiración queda a medio camino cuando se encuentra con su archienemigo; porque después de todo para que exista Batman y tenga sentido su subsistencia es necesario del otro lado encontrar un Guasón que nos ponga de cara a la realidad y nos diga:» hasta acá vivieron el sueño anárquico de creer que vivirían por fuera de un sistema sin regulaciones; sin el ojo vigilante y atento de Horus; ningún sueño llega más lejos que el propio soñador…»
Y ahí vino el estado en distintos países con distintas modalidades; cuando se enteró
que existía una forma de ganar dinero; pero básicamente sin utilizar dinero y para
peor nadie lo habia invitado a esta fiesta!
muchas de las regulaciones ( especialmente fiscales) por las cuales se han visto regidas las criptomonedas y el sistema Blockchain han llevado a muchas empresas de todo el mundo a trabajar con dicha tecnología desde las sombras; en una especie de mercado paralelo. Y no era de esperar otra cosa: cuando un activo o cualquier otro producto se vuelve difícil o casi imposible de obtener, no puede esperarse otra cosa más que un mercado furioso y excitado por obtenerlo. El famoso fruto de lo prohibido; la manzana de Adán y Eva que todos quieren morder pero nadie se atreve a dar el primer paso por miedo a ser expulsado del paraíso ( y no fiscal en este caso, o si?).
En el mundo real fuera de la matrix tenemos antecedentes directos de lo que implica restringir el acceso a productos y o servicios: desde el agio y la especulación que más tarde se conocería como «Ley de abastecimiento» y que paradójicamente creó mayor desabastecimiento ( recordemos rápidamente que bajo esta figura se le atribuía al Estado la potestad de expropiar temporalmente establecimientos agropecuarios y productores alimentarios a fin de aprovisionar al mercado interno y bajo pena de sanciones) hasta las interminables filas de personas que desean adquirir estos bienes en aquellas sociedades de regímenes con alta planificación económica centralizada; que restringen el acceso a la población de los sustentos básicos.
Lo prohibido tiene su encanto; esto es un hecho irrefutable ( para el que lo mira de afuera y no tiene que padecerlo en carne propia!).
Pero volvamos al mundo cripto: si bien muchos especialistas creen que la situación mejoro mucho desde el 2019 en muchos países en materia de regulaciones se trata, el camino aún esta plagado de incertidumbre y obstáculos.
Ejemplifiquemos con algunos casos que nos permitan entender y corroborar un poco mejor esta situación.
Sin dudas China es el paradigma en la avanzada Blockchain. Sin embargo; a la hora de regular el sistema cripto vemos una relación amor-odio telenovelesca donde porque te quiero te aporreo ( o te regulo en este caso). Allí el Estado ( recordemos que el sistema político Chino y esto es importante de destacar; en el aspecto económico es completamente «open mind». En cuanto al aspecto político se trata de un régimen comunista con alta incidencia del Estado en temas sociales y sin olvidarnos que Google esta vedado para el público Chino); está introduciendo la tecnología Blockchain en algunos de sus principales centros de poder; como el Banco Agrícola Chino así como otras instituciones financieras de forma tal de realizar una clara trazabilidad de sus transacciones. Pero por otro lado; el mismo Estado sigue aplicando medidas contra los casos en que la tecnología se utiliza entre la población.
La principal plataforma de redes sociales de China; Weibo; prohibió las cuentas de las plataformas de criptomonedas de China; Binance y Tron; dado la violación de sus normas. Los reguladores de Shanghái ordenaron una búsqueda de todos los exchanges locales y elaboraron informes sobre sus hallazgos para el Banco Popular de China, para que se tomen más medidas.
Con más de 1.000 millones de habitantes en China; parece ser el campo de pruebas para ver la adopción masiva. El país ya es líder en cuanto a adopción de pagos móviles y la creación de su propia criptomoneda. China es el hogar de miles de startups de Blockchain; todo esto en tanto y en cuanto las regulaciones importen un paso hacia adelante para avanzar en esta escalada y no un peso que sofoque este enfoque rupturista al que apuntan como sociedad.
Alemania, la mayor industria financiera Europea; tiene prohibido hacer tratos con
criptomonedas. Pese a ello; el Gobierno alemán aprobó un proyecto de ley que
permite a los bancos vender Bitcoin y otras criptomonedas; así como conceder la
custodia de las mismas a finales de 2020.
Estados Unidos; considerado históricamente como uno de los países por excelencia más vanguardista y de avanzada tecnológica en el mundo. Nadie se atrevería a poner en tela de dudas que una sociedad como la norteamericana tendría pruritos en cuanto al sistema de Blockchain y las criptomonedas. Sin embargo; y considerando que se trata de un sistema federal de Gobierno en donde cada Estado impone sus propios parámetros; esto lleva a que la regulación a nivel estatal se encuentre fragmentado. Para dar muestra de ello tomemos por caso el Estado de Wyoming, el cual aprobó un proyecto de ley en 2019 que entró en vigor el 1 de marzo. La ley dividió los activos digitales en tres categorías: activos digitales de consumo, valores digitales y monedas virtuales. Todos los activos de la categoría monedas virtuales se equipararán a las monedas fiduciarias y estarán sujetos a los mismos procedimientos fiscales y de supervisión.
La ley también permite a los bancos proporcionar servicios de custodia para los activos digitales, haciendo que la propiedad de las criptomonedas sea legal y tenga el mismo estatus que las monedas fiduciarias.
Es importante y necesario que exista una intervención de cualquier organismo oficial que permita supervisar las operaciones que se realizan en la red. No olvidemos que si bien esto ocurre en el mundo virtual; tiene incidencias en el mundo real. Aunque para muchos espíritus libres este intervencionismo suene antipático; tedioso; un exceso de burocracia más a la cual nos tienen acostumbrados; del otro lado de la balanza hay un costado positivo que implica tener un respaldo y una seguridad de las operaciones que se realizan. Saber que nuestros ahorros no entran a una especie de » agujero negro» en una galaxia paralela irrastreable sin conocer su destino, es un derecho y hasta una necesidad que poseemos y que debemos hacer valer. Después de todo nos enoja, y con justa causa que así sea, cuando nos incautan o confiscan nuestro dinero el erario nacional ( este hecho sucede desde que el mundo gira sobre su propio eje en todo el mundo: desde la criminalización por la posesión de oro durante la presidencia de Franklin D. Roosevelt hasta el embargo de ahorros en Chipe en 2013 donde se bloquearon los depósitos bancarios y se cerraron oficinas bancarias; mismo hecho que fue conocido bajo el nombre de «Corralito» para los Argentinos; ocurrido en nuestro país durante el año 2001 y que son la causa principal sin lugar a duda alguna de la apatía y desencanto por parte de los pueblos respecto al sistema o establishment tal cual lo conocemos; e impulsan esta sed de libertad para romper con las cadenas pero no de bloques digitales; sino de esclavitud financiera). Entonces; porque sería menos doloroso y odioso; si es que acaso lo es para alguien y permítanme que lo ponga en tela de juicio y objeción; que esto sucediera en el mundo de las redes? Acaso lo que nuestros ojos no ven; no ocurre? Ahora también no desconocemos que Bitcoin y las criptomonedas en general ofrecen una política monetaria óptima ( o lo más próximo posible a ello); que probablemente no lo sea en unos cuantos casos. Para el que decide ingresar en este mundo lo hace creyendo ser libre para elegir qué política monetaria satisface mejor sus necesidades particulares; que incluso podría seguir siendo la política impuesta si así libremente lo decidieran los usuarios de criptomonedas para cobros y pagos y fiat como depósitos de valor. La gran incógnita a revelar en los próximos capítulos de esta novela en serie (y en serio), nos lleva a esperar y a observar si estas aspiraciones libertarias entran en colapso cuando deban enfrentarse a la » mano invisible» ya no del mercado; sino del gran Estado que como gran hermano todo lo observa…y lo regula!