En la ciudad de Córdoba capital existen vastos espacios verdes, como “pulmones” del ambiente que convocan a pasear, matear y encontrarnos. Uno de ellos, en la zona noreste de la Docta, fue desarrollado en torno al Estadio Kempes (construido para el Mundial 1978), madurando con la incorporación del complejo deportivo de alto rendimiento, el Parque del Kempes, el IPEF (Instituto Provincial de Educación Física), el Centro de Convenciones Córdoba y las 400 hectáreas en torno al Chateau Carreras, en cuyo centro se yergue un Museo de Artes, dando vida a la fantástica casona color rosa que perteneció a la familia Carreras.
El Parque cuenta con senderos para caminatas, zonas con pistas y canchas de varios deportes, diversos juegos infantiles inclusivos, palestras, espacios de relajación y una fértil costanera del Suquía (el inquieto río saltarín que recorre la ciudad toda).
En dicho espacio público confluyen las propuestas culturales, deportivas, artísticas, educativas, etc. Muchos grupos de caminata, yoga, difusión de ideas en torno a la vida en salud, libertad y re-creación tan necesarios alimentan la vitalidad del Kempes. Porque no sólo de fútbol vive el hombre.
Entre tantas actividades, no faltan las celebraciones. Por iniciativa de un grupo de alumnos, desde la época de los devastadores incendios en las Sierras, la Comunidad Educativa de Apoyo Escolar Adela festeja el fin del año lectivo con palas, árboles, tutores y mucha energía para forestar en torno a uno de los senderos del Parque del Kempes, como una de las actividades formativas que reúne a las familias y los docentes en torno al objetivo de hacer el bien, sumando al placer de las buenas acciones el ejemplo para las nuevas generaciones.
En la Academia de Adela Narowlansky, la mayoría de los alumnos que cursan de marzo a diciembre el curso de ingreso a colegios secundarios tiene once años. Los preadolescentes, dispuestos a rendir un examen de ingreso para cambiar de colegio y de nivel, traen su entusiasmo y cansancio a la vez, condimentado con temores que se van disipando entre el estudio y la práctica y especialmente mediante la palabra de los profesores. El equipo docente equilibra la insistencia en la disciplina a la par de la autoestima en su punto justo, entre la exigencia, la modestia de trabajar y la cultura del esfuerzo. Tristán Pauli, por su experiencia en el trato con los padres y coordinador de los docentes, brinda el equilibrio para poner en eje a las familias que transitan este gran cambio.
Por ello es tan valiosa la actividad extracurricular, como donaciones a un merendero, fabricación de juguetes artesanales para Navidad, jornadas públicas en la plaza para compartir saberes y nuevas formas de abrir la mente como juegos de ingenio. Este año se incorporó una creativa clase abierta de Lengua de Señas con una de las mejores docentes de Córdoba, Mary Olariaga de IBIS, Instituto Bilingüe para sordos.
Desde que se suspendieron las clases presenciales, numerosas familias lucharon para su restablecimiento, una parte de ellos formó el grupo de Padres por la Educación, quienes también apoyan las iniciativas de Apoyo Escolar Adela a través de la presencia de Soledad Cabral, alma mater de la mencionada institución.
De este modo, después de un ajetreado año de vuelta a la presencialidad, de sustentar y fortalecer los conocimientos y las sucesivas adaptaciones, del crecimiento que posiciona a Apoyo Escolar Adela como una de las más eficientes academias de la zona norte de Córdoba capital, el cierre del año potenció la amistad como la mejor enseñanza para chicos y grandes, en torno a esos seres vivos que nos dan aire puro y sombra, en su amable manera de cobijarnos.


