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La antinaturalidad del AMBA

En los últimos tiempos el término AMBA lo escuchamos con frecuencia
en los noticieros, diarios e informes. El AMBA es lo que llamamos, al
conglomerado conformado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, más las
ciudades que se extienden desde Campana hasta La Plata, con límite físico en
el Rio de la Plata y la Ruta Provincial 6, y recorre una superficie de 13.285 km2;
es lo que denominamos una megaciudad. Según el censo de 2010, cuenta con
14.800.000 habitantes, que representan el 37% de los habitantes de la
Argentina. Separados por la histórica Av. General Paz, de un lado tenemos la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y del otro, un gran conglomerado, que se
rigen por otras leyes dictadas por el gobierno de la Provincia de Buenos Aires,
y gobierna con otras autoridades, con otros presupuestos, con otra estructura y
con otra política tributaria. Pero es la misma megaciudad, de aquí el título de
“antinaturalidad”. Una misma urbe, separada por una avenida, un límite
antinatural.

La realidad, es que los habitantes de este gran conglomerado, a pesar
de estas divisiones administrativas, pertenecen a un mismo todo, a una misma
ciudad. Viajan , trabajan, estudian, residen en el mismo lugar ; el ciudadano
que vive en Ramos Mejía, puede estudiar en Palermo, o el que vive en
Belgrano, puede trabajar en San Isidro. Lo mismo pasa, cuando uno sale a
divertirse, vecinos de la capital, van a bailar a Ramos Mejía, o al revés , del
conurbano van divertirse a Palermo o San Telmo. Lo mismo sucede con las
pasiones futbolísticas, los hinchas de Platense, con su estadio en Vicente
López, provienen en buena parte del barrio de Saavedra, ubicado en capital. Lo
mismo sucede con los grandes clubes, donde miles de hinchas atraviesan el
AMBA de norte a sur, de oeste a este, para ver al club de sus amores. A esto
también sumamos las cuestión de políticas tributarias y las cuestiones
judiciales, que son diferentes dependiendo de qué lado de la Av. Gral. Paz uno
se pare.

Como vemos, esta división política-administrativa, poco tiene que ver el
movimiento de este masa de gente, sus sentimientos y sus actividades; donde de un lado, lo representan unos gobernantes con una legislación determinada,
y del otro, lo gestiona un gobierno provincial, con sede en la ciudad de la Plata,
que no tiene ni la capacidad, ni la estructura, para administrar la gigantesca
provincia de Buenos Aires, y su infinidad de problemas. Es por eso el
entendible apoyo constante, del gobierno nacional, en determinadas cuestiones
como la seguridad, con Gendarmería, y los temas de desarrollo social, donde
los reclamos del conurbano, terminan siempre en la Av.9 de Julio de CABA, y
no en su capital La Plata. Pero esta mezcla de poderes, en los tres niveles,
Nación, Provincia y CABA, hacen que los mismos pierdan su foco acción y su
eficiencia.

El gobierno provincial que se rige desde la ciudad de las diagonales, La
Plata, no sólo no puede atender, la infinidad de reclamos y deficiencia del
Conurbano Bonaerense, sino que además tiene que gobernar la Provincia más
grande de la Argentina, con ciudades importantes como Mar del Plata, y Bahía
Blanca, y millones de habitantes que viven en el interior de la misma, que poco
se alinean con las necesidades y problemáticas del AMBA. Llevándolo a
números, aproximadamente el 50% del PBI, de la Argentina se concentra en
CABA y Provincia de Buenos Aires; pero si hablamos del AMBA concentra el
40% del PBI ,donde el 20% corresponde a CABA. En esta región de tan sólo
13.000 km2, se engloba gran parte de la riqueza económica del país.

Es una región en constante crecimiento tanto en lo económico, como lo
poblacional, donde la política y la gestión pública, no se han adaptado a estos
nuevos escenarios territoriales en expansión permanente. En donde se
destacan problemáticas como el 30% de los pobres del país, transportes
urbanos saturados, desempleo, contaminación, rellenos sanitarios
desbordados, ausencia de espacios verdes, falta de vivienda digna, y una lista
que tiene mucho que ver con un sistema de gestión inadecuado, donde CABA
tiene un presupuesto totalmente asimétrico, con respecto al resto del AMBA.

Pero Buenos Aires, no es la única ciudad que ha crecido en forma
exponencial en el mundo, sino que otras ciudades como París, Madrid, Nueva
York, Ciudad de México, están alineadas con este fenómeno de Megaciudades,
pero los gobiernos en estos casos, han reaccionado para atender estos nuevos
desafíos de expansión territorial.

Madrid y sus modificaciones

Las modificaciones sobre los limites administrativos de las ciudades,
tienen su importancia en el orden del territorio, y aún más, si se refiere a
municipios. Éstos son las piezas básicas y elementales para la confección del
modelo territorial regional, y son por lo tanto, los afectados por la dinámica
debido a su propia evolución. Estos procesos no son demasiado estudiados,
pero son claves a la hora de administrar una ciudad de una manera más
eficiente.

En el caso de la Comunidad de Madrid, ha sufrido cambios en todo
momento, desde 1900 hasta el 2003, y por su historial, va a continuar
haciéndolo; estos cambios se vinculan a transformaciones políticas,
económicas sociales y territoriales. Según lo recopilado, hubo treinta y dos
cambios de nombres, veinte agregaciones y dos segregaciones. Resaltamos,
por lo tanto, el fenómeno de las agregaciones municipales, en donde las
motivaciones fueron la concentración y crecimiento de la población, en
contraposición con la despoblación rural. Un fenómeno de estos tiempos, en
donde la población rural, se traslada a las grandes ciudades en busca de
oportunidades, generando el aumento exponencial de estas ciudades.

Ejemplificando, en el período entre 1948 y 1950, se anexaron al
municipio de Madrid, un total de trece municipios. Esto supuso un incremento
superficial de 68 a 607 km2, y la población lógicamente aumento de 1.100.000
habitantes a 1.400.000. Para estos cambios, en algunas oportunidades, se ha
recurrido a llamados a concurso; como por ejemplo: “Concurso para un Plan de
Reformas Urbanas de los municipios de la Mancomunidad de Madrid”, ganado
por Núñez Granés. Con este breve panorama, observamos como la gestión
política fue activa y dinámica, dejando los colores políticos a un lado, y
priorizando la gestión, ante el crecimiento de esta reconocida capital europea.

Boroughs de Nueva York

En lo que respecta a la ciudad de Nueva York, es un ejemplo diferente,
no tan dinámico, pero interesante. Está compuesta por cinco boroughs, o
burgos en español : El Bronx, Brooklyn, Manhattan, Queens y Staten Island. En
1898, se adoptó el término “borough”, como un municipio corporativo que es creado cuando un condado fusiona su población. Los poderes de estos
“borough”, en el caso de Nueva York, son inferiores a la autoridad del gobierno
ejecutivo de la ciudad de Nueva York, que están regidos por el Mayor. Los
borough no cuentan con funciones legislativas, pero si con un ejecutivo
limitado, representado por los Presidentes de los borough, que participan en la
confección del presupuesto de la ciudad. Lo interesante de este caso, es que la
ciudad de Nueva York, en un principio sólo abarcaba a la isla de Manhattan y
luego fue anexando a los diferentes borough que pertenecen a otros condados.
Esta es otra solución que analizamos, en una de las ciudades más importantes
del mundo, y donde los políticos han pensado en cómo gestionar estas
megaciudades.

La gestión del AMBA

Excepto la autonomía de CABA, el AMBA, no ha sufrido grandes
cambios, a nivel administrativo territorial. Las transformaciones en la gestión
territorial urgen en esta región, donde a pesar de la complejidad del caso, la
mejor opción es comenzar y no tomar una posición conservadora y mezquina,
que sólo responde a intereses políticos y no del ciudadano.

La cuestión AMBA, tiene varias aristas, pero debemos comprender, que
esta región debe administrarse y en forma independiente, y que los poderes de
la provincia de Buenos Aires, y de la Nación Argentina, deben estar por fuera.
La cuestión capital , de la Nación Argentina, y su traslado, escapa a este
análisis, como así también el tema de La Plata, como capital de la provincia.
Son varios puntos que requieren reflexiones, debates, transformaciones, y que
se acumulan por inacción política, poco profesionalismo, y la falta de visión de
país, donde para muchos, termina en la ruta N.6.

Por lo tanto, la clase política tiene que arremangarse, como lo hicieron
en otras megaciudades, y poner manos a la obra, para realizar las cambios
necesarios, en los tres niveles de esta región del AMBA, y así lograr una mejor
gestión territorial, más natural y armoniosa, en beneficio de los ciudadanos.

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