InicioActualidad PolíticaRe-re-re elección de los intendentes: La inmoralidad legislativa

Re-re-re elección de los intendentes: La inmoralidad legislativa

Las reelecciones de 90 intendentes fue el gran tema de fin de año de la Legislatura bonaerense. Si el Poder Legislativo en todos los niveles de gobierno, se ha propuesto mejorar la calidad legislativa, no estaría demostrando demasiada voluntad de mejora.

En Argentina, la mayoría de los niños y adolescentes no reciben educación de calidad, y esto data de tiempos pre-pandemia, y aunque Horacio Rodríguez Larreta y su equipo hayan puesto el foco durante el último año en abrir escuelas y enaltecer la educación, la educación en la mayoría de los distritos de la Argentina, en la Provincia de Buenos Aires (PBA) y también en la ciudad porteña es de bajísima calidad.

Tal vez haya que legislar para que la calificación de los docentes mejore con concursos más ambiciosos, haya que legislar para lograr proveer a los docentes de herramientas, tecnología y capacitación para que puedan contar con mayores recursos para poder educar a niños y adolescentes del siglo XXI, tal vez haya que legislar para lograr equipar mejor los establecimientos escolares que sufren de faltas esenciales.

Por su parte, la salud ha mejorado en el afán de hacerle frente a la pandemia, pero aún los médicos, enfermeros y todo el personal de salud continúan cobrando salarios que muchas veces no alcanzan para cubrir la canasta básica, y en cantidad de hospitales públicos, antes y después del covid-19, no alcanzan los insumos para la atención necesaria mientras en muchos centros médicos la infraestructura es penosa.

Que, en la PBA, hoy gobernada por Axel Kicillof, la educación y la salud revelen una degradante calidad, no significa que, en la ciudad porteña u otros distritos, la educación y la salud manifiesten una honrosa calidad. Estamos muy lejos de lograr una buena performance educativa y sanitaria a nivel país. Por otra parte, en Argentina más de la mitad de los niños y adolescentes no se alimentan bien o no se alimentan, y sobre esto tampoco se legisla con carácter de urgencia en ninguna Legislatura en la República Argentina.

¿Sería acaso importante para poder resolver estas terribles faltas, admitir la insuficiente, oportunista y desenfocada tarea legislativa? Sí. Frente a poderes ejecutivos que tantas veces atropellan y sin consensuar dictan decretos y más decretos, los legisladores son los funcionarios que pueden lograr modificar y mejorar lo que debe ser modificado y mejorado, a través de debatir y sancionar leyes. Pero si éstos se preocupan y ocupan con carácter de urgencia en las vísperas del año nuevo, de determinar si 90 intendentes, luego de dos períodos consecutivos gobernando, podrán o no podrán ser reelegidos en 2023, tales legisladores que, al margen de lo votado (que los 90 intendentes podrán ser re-re-re elegidos) vuelven a priorizar la agenda de intereses políticos particulares sobre el interés general de una sociedad que sufre de cuantiosas carencias.

Hace ya varios años, un ex presidente, que nos devolvió la preciosa democracia, nos comunicaba que en Argentina hay hambre no porque falten alimentos, sino porque sobra inmoralidad. Y cuánta razón tenía. En Argentina hay hambre porque sobra inmoralidad. Y en Argentina la educación es paupérrima porque sobra inmoralidad. Y en Argentina la salud sufre graves faltas porque sobra inmoralidad. Y si sobra inmoralidad es porque sobran inmorales. Y a esos inmorales los elegimos nosotros.

Necesitamos reformas muy importantes en Argentina, a nivel nacional, provincial y municipal, reformas mucho más importantes que debatir sobre nuevas reelecciones para 90 intendentes.

Fuente original: Perfil

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